13 de diciembre de 2011


La escuela esa en un proceso interno profundo intentando buscar una nueva dirección, con un sentido que se adapta a la realidad local y desde la cual puede ser un aporte al desarrollo local. No es un proceso fácil, no deja de ser doloroso e intenso, pero es un proceso que hay que vivirlo.

Un proceso formativo que comenzó como un proyecto colectivo con sus altos y sus bajo, sin duda muchas adversidades y dificultades que nos permitió salir adelante y ser una motivación para otros, hoy en día nos lleva a re mirar las cosas y pensar en como insertarse adecuadamente en el contexto local, sin olvidar el mundo global en el que estamos.

La escuela de guías de la patagonia, durante el año 2012 tiene planificado terminar en mayo con la 4 generación de guías de la escuela. No sabemos en este momento se iniciaremos un nuevo proceso de guías, las condiciones de empleabilidad en la región de Aysén están disminuyendo en el ámbito de turismo, lo que nos hace pensar si es necesario o no contar con nuevos guías locales.

22 de enero de 2011

Desafío Aysén 2011 / por: Magdalena Rosas

Lo que mas me sorprendió en suiza fue encontrar adultos mayores caminando en lugares de montaña a los que nos había costado llegar. Mujeres y hombres solos o en grupo en senderos perfectamente señalizados. En la media montaña, centros de ski en invierno y lugares de treking en verano.

Me sorprendió también que en zonas altas de la montaña hay senderos perfectamente demarcados con letreros de colores y pequeño formato que indican dirección, largo del sendero y tiempo que demora en recorrerlo un niño y un adulto.

Por cierto, en ninguna parte encontrarás perros vagando por las calles y menos restos de ningún tipo. Inimaginable resultaría encontrar en ese paisaje un pañal sucio en medio del campo, como el que encontramos tirado en el lago atravesado al inicio de la bajada de rio del Desafío de Aysén.

Este domingo terminó el Desafío Aysén, una carrera de cuatro días y cuatro pruebas: Enduro ecuestre, treking desde Villa Castillo al Lago Monreal, bajada de Rio Simpson y treking al Cinchao. Treinta y seis competidores y más de cuarenta voluntarios compartiendo y amistando.

Sin ser competidora, son muchas las cosas que aprendí este fin de semana:

Por ejemplo que los caballos trabajan hasta morir. Si, literalmente, el caballo trabaja para el jinete y si el jinete lo fuerza el caballo no avisa, no se desmaya, no cae, no expresa nada sino que simplemente cae muerto de un infarto. Por eso en el enduro ecuestre del Desafío Aysén había puestos de control con veterinarios midiendo las pulsaciones de los caballos al llegar y salir, evitando con eso una tragedia.

Todos de un modo o de otro, ganamos este fin de semana. La región que se instala frente al resto del país con actividades nuevas y originales, los que fuimos voluntarios, porque lo pasamos bien, nos encontramos con amigos, apoyamos esta gran idea, y los ganadores de las cuatro pruebas que dieron muestras de empeño, trabajo en equipo, capacidad: Andes Gear en primer lugar, Ejercito de Chile en segundo y Provenzales, en tercer lugar.

Con el tercer equipo, los provenzales, que nosotros llamamos durante toda la carrera “los franceses” y que fueron objeto de la picardía chilena creando con ellos chistes que dieron motivos de conversaciones y juegos de palabras, se puede aplicar a cabalidad el dicho de que “en la Patagonia el que se apura pierde el tiempo”. Ellos hicieron a su propio tiempo las cuatro pruebas. Trabajaron no para ganar sino para divertirse y pasear, cumpliendo todas la prueba.

Suponemos que el próximo año la competencia va a ser mas dura. “Asi es este tipo de competencias” me explica un periodista experimentado y que ha venido a filmar. Estas competencias comienzan lento, pero si se mantienen son cada año más exigentes, mas competitivas e interesantes para los competidores.

Como siempre, la Escuela de Guías de la Patagonia y su director Francisco Vio están instalando a partir de las acciones que realizan, una reflexión sobre la vocación de la región. Caminos para crear turismo sustentable, aventuras y turismo, deporte , vida al aire libre a pesar del clima, guías profesionales nacidos y criados en Aysén, senderos entretenidos alrededor de la capital regional y las localidades, palestras de escalada, encuentros de trabajo diferentes, reunión de voluntarios activos y comprometidos.

Este Desafío de Aysén me hace pensar en estos desafíos que Aysén tiene:

¿Cómo creamos y potenciamos la actividad al aire libre para los habitantes de nuestra región? ¿Cómo conseguimos un centro de ski adecuado y abierto?¿como armamos senderos de caminatas alrededor de la ciudad? ¿Como hacemos que los lugares se cuiden y permanezcan limpios?

¿Como apoyamos para que este desafío de Aysén continúe?

13 de diciembre de 2010

El Desafío Aysén, La carrera más hermosa de Chile

Algunas personas que tienen la oportunidad de conocer la inmensidad de los bosques patagónicos, que se encuentran con la majestuosidad de sus montañas, el sonido de sus glaciares, el fluido de sus aguas catalogan a nuestra región como uno de los lugares de atractivo paisajístico más bellos del planeta. Tal vez el eslogan escogido por los organizadores del Desafío Aysén: la carrera más hermosa de Chile, despierte esta sensación, buscando además un sentido más profundo de lo que nos propone este calificativo.

En la mayoría de los casos trabajo en equipo, economía local, conservación de la naturaleza, mínimo impacto sobre la misma y voluntariado, no son conceptos y prácticas empleados a la hora de organizar un carrera de deporte aventura, las que generalmente son comandadas por firmas multimillonarias, en una búsqueda frenética por ser el número uno.

El Desafío Aysén (www.desafioaysen.com) es una carrera que se realizará durante 5 días del mes de enero, contemplando un recorrido de 155 km pertenecientes al Sendero de Chile que une a Puerto Ingeniero Ibáñez con la ciudad de Coyhaique, contará con equipos mixtos de diferentes partes del mundo, integrados por 4 personas, quienes obteniendo los mejores tiempos en diferentes disciplinas como el enduro ecuestre, el trekking, la bicicleta y el rafting, buscarán conseguir el primer lugar de la competición, recorriendo y generando actividad en las localidades que encontrarán a su paso.

El proyecto de la competición fue presentado al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, el que dio su visto bueno a la iniciativa principalmente por el potenciamiento de Aysén como destino turístico, además de ser una iniciativa que fomenta de trabajo en equipo de instituciones, empresas y de comunidades locales quienes serán parte importante del certamen.

Francisco Vio, director de la Escuela de Guías de la Patagonia (www.escueladeguias.cl) entidad que organiza la carrera, menciona algunas particularidades que está posee, ya que más que una actividad elitista se busca incluir a la comunidad en el transcurso de la competición aportando al desarrollo y la economía local: “Hay carreras que hoy en día corren día y noche, no paran. Lo que nos interesa es que se genere actividad económica en Ibáñez, Castillo y Coyhaique. Llevar entre 60 y 80 personas a las localidades que van a necesitar comida alojamiento, camping, arriendo de caballos que van en directo beneficio de las comunidades y eso es lo que nos interesa a nosotros como institución, el impacto económico que se genera en forma positiva “

La carrera

Luego de que los participantes participan de una cena en conjunto y alojan en Puerto Ingeniero Ibañez, el día 13 de enero se dará inicio a la competición desde la mencionada localidad hasta Villa Cerro Castillo, en un tramo de 38,6 km en modalidad enduro ecuestre. Este estilo obliga a los competidores a llevar el caballo en buenas condiciones de salud ya, que un grupo de veterinarios estarán en diferentes puntos la ruta, realizando el chequeo de las pulsaciones del animal las que no deberán exceder las 64 por minuto. De lo contrario el caballo será retenido con lo que el equipo perderá tiempo.

Tras haber presenciado actividades musicales y dormir en Villa Cerro Castillo, el día 14 de enero los equipos partirán muy temprano a eso de las 5 de la madrugada para enfrentarse a una de las jornadas más duras de la carrera, un trekking de 49 km que recorrerá el tramo del Sendero de Chile que se encuentra dentro de la Reserva Nacional Cerro Castillo, atravesando lugares de una impresionante belleza natural, como el campamento Neocelandés, la laguna Cerro Castillo, el portezuelo el Peñón, río Turbio, portezuelo El Aislado para finalmente arribar cerca de la 22 horas al sector de lago Monreal donde se realizará un gran campamento.

En el trayecto los participantes se encontrarán con estaciones y puestos de voluntaros quienes estarán capacitados para enfrentar inconvenientes de salud que se puedan presentar, además de contar con teléfonos satelitales en caso de que acontezca alguna situación de emergencia.

Para Francisco Vio ha sido fundamental el aporte voluntario que han realizado personas amantes de la naturaleza, del desarrollo local y del deporte, para concretar la iniciativa, y que serán indispensables en la coordinación de la carrera: “Es un objetivo super importante el desarrollar voluntariado vinculado a esto. Así como estamos generando desarrollo económico local, estamos desarrollando una actividad que promueve el deporte, promueve la recreación, la conservación de la naturaleza y el uso de áreas silvestres protegidas para este tipo de actividades, en este caso la Reserva Nacional Cerro castillo y la Reserva Nacional Coyhaique y esto se logra gracias al aporte de todos”

Al día siguiente el Desafío Aysén se subirá a la bicicleta para un recorrido de 36,5 km que van desde el lago Monreal hasta el cruce Seis Lagunas, a 1 km de Lago Atravesado. Aquí los equipos se encontraran con el río Simpson, que tiene singulares características, ya que a nivel país es la única vía acuática considerada como parte de la ruta del Sendero de Chile. Sobre balsas inflables los y las competidoras deberán bajar el río Simpson hasta la Pasarela Pinuer, culminando así el tercer día de actividades.

La jornada final, el domingo 16 de enero la carrera continuará desde la Plaza de Coyhaique, con 21,9 km de trekking donde los ya extenuados participantes deberán llegar hasta el sector Laguna Verde de la Reserva Nacional Coyhaique, hacer la cumbre del cerro Cinchao y finalmente retornar hasta la plaza de la ciudad donde se realizarán actividades deportivas, musicales y recreativas durante todo el día, además de una feria de productos locales.

El desafío Aysén culminará con la ceremonia de premiación a realizarse en la plaza y posteriormente durante la noche del domingo 16 los competidores compartirán un asado, además de una fiesta en el club de huasos de la media luna el Claro.

Hasta el momento están confirmados 10 equipos de competición de diferentes partes del país, la región y el mundo que de no contar con caballos, balsas, bicicletas y equipamiento necesario para participar, deberán conseguirlos o arrendarlos lo que significa que las economías locales se vean aún más beneficiadas.

Para todo el país

La iniciativa que ha contado con el apoyo de Sernatur, institución que consiguió la cobertura de diversos medios de comunicación nacionales, sumado a la grabación del evento por parte de una productora y al trabajo de medios locales, permitirá visibilizar a Aysén sus comunidades no sólo desde su nivel paisajístico y de interés turístico deportivo, sino que además a través de su gente, de sus localidades y de su cultura.

“Nuestra idea es que el Desafío Aysén como concepto, lo podamos desarrollar y mantener en el tiempo y lo otro es que podamos hacer que Aysén llegue a gente que quiera venir a Aysén en el futuro, y eso tiene que ver con tener muy buenas fotos, que la carrera salga en la tele, que el sendero de Chile se haga conocido, que las localidades se hagan conocidas” Señaló Francisco Vio.

Además de las alianzas estratégicas con el Municipio de Ibáñez y Coyhaique, la competición ha conseguido el apoyo del Programa Territorial Integrado Patagonia Aysén de Corfo, financiando un estudio de Inteligencia competitiva que contribuyó a conocer en profundidad otras carreras que se realizan en Chile y en el extranjero.

“Esperamos que sea una actividad que vaya generando productividad en las localidades de Aysén, localidades que tienen un alto potencial en términos identitarios, culturales y obviamente en el turismo y la naturaleza” señaló Miguel Perez Gerente del PTI Aysén.

Si bien se han conseguido apoyo como los antes mencionados, para Francisco Vio el proceso de materialización del Desafío Aysén ha sido una meta difícil de alcanzar debido a ciertas limitantes de carácter económico: “Es un desafío, porque aquí en una región donde el apoyo del estado es sectorizado, es decir apoyan el deporte, apoyan el emprendimiento, apoyan la cultura, pero cuando haces una iniciativa en la que abarcas deporte, turismo cultura, emprendimiento, negocios, no encaja en ningún formato”

De todos modos la sinergia creada por el Desafío Aysén ha materializado la realización de este evento que se desarrollará en pleno verano patagónico. Una propuesta diferente de mirar encuentros deportivos competitivos en los que participe gran parte de la comunidad, obteniendo una retribución local y promoviendo principios de cuidado de la naturaleza, su conocimiento y las actividades deportivas y recreativas al aire libre.

“Hemos generado un modelo de carrera que es distinta a otras carreras, donde queremos que la gente de los lugares por donde pasa pueda ganar y eso es bien importante. La Escuela de Guías es una organización sin fines de lucro y que pretendemos que los espacios naturales puedan ser utilizados por todos” señaló Vio.

19 de octubre de 2010

La Escuela de Guías y su innovadora labor formativa


Hoy, 13 integrantes, mujeres y hombres, de distintas localidades de la Región de Aysén, con diferentes contextos sociales, profesiones, oficios e historias, conforman la cuarta generación de la Escuela de Guías de la Patagonia. Este grupo, como lo han hecho otros en el pasado, comienza a dar sus primeros pasos por algunos de los lugares de mayor belleza y peligro en el mundo entero. La inmensidad de la naturaleza y su equipamiento son sus elementos de aprendizaje, y los profesores cumplen una función que ellos mismos desempeñarán en un mañana.

“Aysén es la mejor sala de clases en el mundo para poder enseñar estas cosas. Mar y archipiélagos increíbles, ríos que puedes navegar en kayaks de alta dificultad y otros en canoas más fáciles, montañas por todos lados, glaciares, eso es una sala de clases, una sala de clases que no está intervenida. Eso es una riqueza increíble”. Así describe este territorio Francisco Vio Giacaman, profesor de educación física de profesión, quien desde hace un tiempo reside en la Patagonia, no sólo motivado por el descubrimiento y relación de la inmensidad natural, sino por su labor como director de la Escuela de Guías de la Patagonia.

ste instructor de montaña de prestigiosas instituciones como Enam y Nols, y con un basto currículum y experiencias relacionadas al trabajo al aire libre, se encontraba trabajando en Conaf, específicamente, en un programa de educación ambiental impulsado por Naciones Unidas, cuando en el año 2002 surge la necesidad de formar guías locales que le dieran una mayor raíz a la actividad y turística regional.

Fue entonces que, con la intención de capacitar guías locales, organismos público privados de Aysén comienzan a trabajar y gestionar los fondos necesarios para generar una instancia que cumpliera dicha función. Así, en junio del 2003, instituciones regionales como el Servicio de Cooperación Técnica, Sercotec, el Área de Conservación de la Cultura y el Ambiente (Acca de la Patagonia) de Conama, y el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, con el patrocinio de la Municipalidad de Río Ibáñez, la Corporación Nacional Forestal, Conaf, y el Servicio Nacional de Turismo. Sernatur, más el financiamiento de la Fundación Andes, le dan el vamos a la Escuela de Guías, liberando cerca de unos $100 millones, para la compra de equipos, la realización de las clases y otros.

De esta manera surgió la primera generación de la Escuela de Guías de la Patagonia, en el marco de un proyecto. Francisco Vio en esos momentos participaba como consultor, prestando algunos servicios. Culminó el plazo de ejecución de la iniciativa y la mayoría de las instituciones que habían prestado su apoyo hasta el momento decidieron no hacerlo más. Se había comprado una gran cantidad de equipo para realizar actividades al aire libre, y aquellos alumnos que habían surgido de la primera generación de la escuela no tendrían el respaldo de una institución que había durado lo que las platas y el tiempo habían determinado.

Pero una de las condicionantes que estableció la Fundación Andes al iniciar el proyecto, era justamente la continuidad del mismo. Así la Escuela de Guías de la Patagonia se constituyó como una corporación sin fines de lucro: una ONG. Aún cuando era un proyecto, y pese a lidiar con las formalidades y demandas de los diferentes estamentos involucrados, Vio cuenta que fue percibiendo que el trabajo que realizaba generaba cambios significativos en las personas.

“Hay gente que ha vivido toda su vida en ese entorno y siempre ha visto que esto es para otros, como que las áreas silvestres son para los gringos, no mías. Un chico me dijo una vez ‘nunca pensé que yo iba a caminar con una mochila y andar con crampones’, siendo que vivía a un kilómetro de un glaciar. Creo que esas cosas me fueron transformando e involucrando, y viendo que es algo que te hace bien al alma, no se trata de que solamente puedas pagar las cuentas a fin de mes, sino que también te llenes el corazón con alegría en el proceso de transformación y de educación de una persona”.

Locales y sustentables

Lo que parecía que quedaría en un proyecto transitorio ya es un institución educativa reconocida a nivel nacional. Es más, a los mismos directivos de la escuela se les ha pedido replicar su modelo en Temuco, con la reciente creación de la Escuela de Guías de la Araucanía y próximamente acontecerá lo propio en Atacama.

Pero tal vez su éxito en cuanto a homologar su modelo educativo en otras partes del país, las experiencias del mismo Vio enseñando en el extranjero, o bien, el hecho de poseer alumnos egresados trabajando en diferentes emprendimientos turísticos, educación ambiental, o temas a fines, no sea el mayor punto a destacar.

Hoy esta institución trabaja con sus alumnos a través de una ética medioambiental, una sustentabilidad económica y el factor de la inclusión social, capacitando a guías locales para que éstos sean líderes en emprendimientos de diversa índole. Dichos pilares, que son entregados a través de la práctica deportiva al aire libre como el montañismo, la navegación, la escalada, el ciclo viaje y las cabalgatas entre muchas otras, un aprendizaje generado a través de la experiencia.

La escuela, utilizando un modelo innovador, recoge los principales principios y recomendaciones para reducir los impactos que el turismo puede causar en la naturaleza, lo que en EEUU se denominó “No deje Rastro”.

La búsqueda de la escuela es justamente generar una nueva cultura de guías a nivel regional, una persona capaz de llevar grupos de gente en forma segura por los maravillosos parajes patagónicos, cuidando respetando y educando respecto a la protección del medioambiente y entregando, además, un contexto del lugar que se visita, sus tradiciones, historia y particularidades.

Dennis Aldridge, jefe del Departamento de Áreas Protegidas y Medio Ambiente de Conaf en la Región de Aysén comenta que “el hecho de haber participado inicialmente en la formación o en la formulación de la escuela de guías, sin duda, que es un reflejo de que nuestro interés está justamente en la posibilidad de apoyar iniciativas que tengan que ver con una formación de guías que practiquen un turismo sustentable en la región (…) de modo que ese es un turismo que a nosotros nos interesa que se desarrolle que se masifique por esa vía, por esa filosofía”

Vio plantea que la mejor infraestructura de la Región de Aysén es, justamente, no poseer infraestructura. Si bien deben mejorarse los accesos hasta los lugares de interés, para el director de la Escuela debe hacerse hincapié en la formación de guías que den cuenta de la identidad de los lugares en los que ejercen.

“Es muy importante que exista un sendero, pero es mucho más importante una persona que te acompañe en el sendero y que te cuente una historia que te conecta con la identidad del lugar. Si yo voy a Lago Verde no son muy distintos los árboles a los que veo en Futaleufú o en La Junta, pero puedo encontrarme con una persona que me cuenta una historia de Lago Verde y cómo robaban animales a Argentina y como sus parientes están al otro lado de la cordillera y cómo se vive la vida en el lugar. Esa es la forma de hacer turismo que es propia de la zona de la Patagonia”.

Entendiendo que la propia gente de Aysén es la encargada de llevar a cabo esta misión, la Escuela de Guías ha desarrollado un sistema innovador de clases, que contempla instrucción teórica y práctica, en terreno, durante una semana por mes. Así, las personas que trabajan en el campo, otras que están en localidades alejadas de Coyhaique o bien quienes cumplen con otras obligaciones, pueden acomodar sus horarios y cumplir con las cerca de 2 mil 200 horas de clases, cifra que supera el promedio de un instituto de formación técnica, según señala Vio.

Rol activo en la comunidad

Formar personas, formar guías encargados de manejar grupos en condiciones que, muchas veces, son peligrosas no es el único fin de la Escuela. La búsqueda de esta organización ha ido más allá, con diferentes líneas de trabajos como consultorías, canalización de trabajo para los alumnos, desarrollo de proyectos y organización de actividades, todas estas en la línea de cumplir un rol más activo a nivel local.

Un ejemplo de esto es que en la actualidad, la agrupación trabaja en un proyecto de desarrollo sustentable de cabalgatas en Áreas Silvestres Protegidas. Financiado por Conama, a través del Fondo de Protección Ambiental, y en conjunto con el CIEP, Indap, Conaf y operadores Turísticos de Villa Cerro Castillo se busca en 2011 implementar y poner en marcha un plan para mejorar las actividades de cabalgata en áreas silvestres, disminuyendo y controlando el impacto de su actividad sobre el medio ambiente, resguardando la seguridad y la calidad para los visitantes, a la vez que se promueva la cultura del uso del caballo.

Dennis Aldridge, comenta que “es un buen comienzo como para poder empezar a proyectar este tema de las cabalgatas y ver cómo se puede ir manejando de modo que se haga más compatible con la protección de suelo principalmente y de la vegetación”.

Otras iniciativas son promoción de actividades para que la población se acerque y disfrute la práctica deportiva y familiar en los ríos de Aysén, como los descensos realizados recientemente por las cuencas del Baker y Palena. Este programa, financiado por la organización International Rivers, se suma a otros desarrollos impulsados por la Escuela como el fortalecimiento del Sendero de Chile, en la región.

Francisco Vio fundamenta esta lógica de cooperación que implementa la institución que dirige, “tiene que ver en cómo fortaleces a quienes te rodean. Si no crecemos con Sernatur, con la casa del turismo rural, con las Cámara de Turismo, con nuestro entorno, nos vamos aislando”.

Cerca del 48% del territorio aysenino es administrado por Conaf y más del 50% podría ser considerado como parque nacional en otras latitudes del país. Para Francisco Vio en la región existe una idea casi de lucha permanente en contra de la energía-naturaleza, en vez de aprovecharla, y es en este punto donde la Escuela enfoca el cambio de mentalidad, “el poder ayudar a gente local, a entender que estos espacios son súper privilegiados en el mundo y uno los tiene al alcance de la mano. Hay gente que gasta mucha plata en venir acá por lo lejos que estamos del resto del mundo y venir a disfrutar de escalar un cerro, de bajarlo esquiando, a descender un río, son oportunidades súper únicas y nosotros las tenemos cerca y tenemos que abrir esos espacios”.

3 de septiembre de 2010

Los primeros días en la Escuela por Nicolas Siriany


Estar cerca de la naturaleza siempre me entregó una sensación de bienestar,
parecida a encontrase en el lugar preciso. Esta es la razón más poderosa por la que entré
a la Escuela de Guías de la Patagonia, sin saber con que me encontraría del otro lado.
Somos 13 estudiantes de localidades de la región de Aysén tan distantes como Caleta
Tortel, La Junta, Puerto Aysén, Mañihuales, Cochrane y Coyhaique quienes nutridos de
sus experiencias personales entramos a compartir la aventura de obtener una formación
de guías.



Al presentarnos y conversar junto a mis nuevos compañeros comprendo, que
si bien somos diversos, de alguna manera compartimos ese vínculo con la naturaleza.
Es inevitable, estamos en Chile y más aún, vivimos en Aysén. El trabajo en el campo,
la medicina natural, el avistamiento de aves, el trabajo en faenas y el desarrollo
turismo son algunas cualidades de los integrantes del grupo que muestran aquello.

Francisco Vio, director de la escuela, nos cuenta sobre los principios que la
rigen. A partir de tres pilares: ética, sustentabilidad e inclusión social en mi cabeza
se forma una idea más concreta y profunda de lo que significa participar de esta
experiencia. No serán sólo una cuantas salidas para probar nuestro cuerpo, estamos ante
una nueva forma de relacionarse y ver el trabajo al aire libre.

Así comenzamos una serie de clases teóricas, antes de salir a terreno, pasando
por un conjunto de recomendaciones que ayudan a disminuir el impacto en la naturaleza
denominado “no deje rastro”, nos entregan nociones de logística, equipo y manejo de
grupo en expediciones. Pese a que ya corto la huinchas por que lleguen los cuatros días
de este primer módulo de clases, en los que iremos a la montaña, escucho atentamente,
al igual que mis compañeros, lo que Francisco y nuestra profesora de salida Alexandra
Yanakos, tienen para decir.

Por fin, provistos del conocimiento y el equipo necesario salimos hacia la
Reserva Nacional Coyhaique para realizar una caminata de 3 horas y calentar motores
para los días siguientes. En torno a los mates y la conversación, dentro del grupo de
alumnos se ha generado una muy buena relación y alguien anuncia que pondrá la casa
para hacer una fiesta.

En nuestro segundo día de terreno trasladamos hasta la Reserva dos Lagunas,
camino a Coyhaique Alto, frontera con Argentina. Aunque la nieve sobrepasa nuestras
rodillas todos estamos felices de compartir esta experiencia, en la que, aprendimos a
leer la montaña, utilizar los equipos de campamento, además de hacer un fuego bajo
fuertes condiciones de viento y nieve.

Mojados y felices volvemos a las sala de clase. El estilo en ellas es muy rico
ya que más que se dicte una charla en una dirección, conversamos con los profesores,
lo que creo favorece el aprendizaje. Damos los primeros pasos en materia de primeros
auxilios, conocimientos que ojalá nunca tengamos que utilizar. Ya estamos listos para
nuestra tercera salida.

Desde el sector Villa Jara, unos 8 kilómetros al sur de Coyhaique por la
Carretera Austral, nos proponemos ascender unos mil metros durante el día, a pesar de
la gran cantidad de nieve que acumulan empinadas laderas. La travesía en cansadora,

pero se hace maravillosa entre antiguos bosques de lengas y espectaculares panorámicas
de los interminables valles y montañas patagónicos. Al fin, llegamos a una cumbre
donde una bandera rasgada por el viento cuelga de un antiguo mástil de madera. Allí,
nos tomamos una fotografía que reviso días después, distinguiendo la felicidad en
nuestras caras, una sensación que se mantuvo en nosotros durante esta primera semana
de clases.

Luego de realizar una última salida hacia los lagos Monreal y Paloma, más
que todo para soltar los pies que algo sintieron en el ascenso anterior, volvemos a la
Escuela de Guías para ordenar los equipos y conversar sobre este primer módulo. Las
palabras de los profesores son de reconocimiento, mientras que las de nosotros son de
agradecimiento por la experiencia y el aprendizaje significativo que adquirimos. Nuevos
espacios se han abierto para desarrollar nuestras capacidades, trabajando en forma
conjunta y en armonía con nuestro entorno natural y humano.

¿Recuerdan que alguien había ofrecido su casa? Cuentan que en la noche, la
guitarra y el acordeón sonaron hasta largas horas, eso me lo perdí. Sin embrago, no voy
a faltar al segundo módulo: bajar el río Baker, oportunidad que se concretará en unos
días más y que, al igual que mis compañeros que participamos de esta experiencia, la
espero con ansias.

2 de agosto de 2009

Queridos amigos, compañeros, ayseninos, patagones todos!!

Los invitamos a contar historias........sus historias, nuestras historias........

En la montaña, haciendo cumbre!!.......y otras veces no..

Flotando ríos LIBRES!!!

De a caballo!!

Caminando y recaminando los senderos de nuestra patagonia

Por el hielo, la roca, por nieve polvo o escarchada.....todo vale!

Hagamos una bitacora colectiva de nuestros días en esta tierra magica...

Escriban!!

Un gran abrazo!!

Los esperamos!!